domingo, 28 de octubre de 2012

Portada Miserias y Compañía - Cuentos Ilustrados



Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

… Poema de Jaime Gil de Biedma…

Miserias y Compañía – Cuentos Ilustrados

Ilustraciones y Narraciones por Retina Blues

Miserias y Compañía …LA REINA LÁGRIMA NEGRA… (Capítulo I)


Bajo su silencioso manto de espuma ancestral, el océano custodiaba cofres repletos de almas torturadas y sus olas no eran más que el canto fúnebre y desesperado hacia la lejana y olvidada libertad.  

Son muchos los que a lo largo de la historia han intentado, como ladrones en la noche, adentrarse en el mar, desplegando velas y corazones, en busca de aquel tesoro que narraba el  cancionero popular:

A miles de leguas encontrareis
almas torturadas que os devorarán
pero si contra ellas podéis luchar y vencer
años de buenaventura y riqueza poseeréis

Durante años, la ambición de muchos hombres era abandonar todo aquello que tenían, sin importarles en absoluto aquello que dejaban atrás, y con el único fin de poseer las riquezas más maravillosas que nunca antes el hombre había conocido… pero quién iniciaba aquél viaje bajo dicha premisa estaban condenados a no regresar jamás.

Los navíos eran emboscados por feroces huracanes, las olas azotaban con violencia y el fin de aquellos marineros parecía tan cercano que la desesperación y el miedo a morir les quemaba el alma, provocando que subieran a cubierta para maldecir su suerte y, muchos de ellos, con los ojos inflamados de locura se precipitaban al vacío.
Y en ese preciso momento los vientos se calmaron y de repente una luz cegadora dio la bienvenida a las hijas del mar, unos seres alados que se caracterizaban por su bello e hipnotizador canto. El resto de la tripulación se volvieron locos y fueron devorados por las sirenas las cuales representaban a los espíritus de los muertos y se encargaban de transportar y albergar sus almas al lugar que estaban intentando encontrar, al Cofre de las Almas Torturadas.  

Cuenta la historia que el Cofre de las Almas Torturadas estaba custodiado por la Reina Lágrima Negra. Ningún humano vivió la suficiente para poder contemplar aquella mujer-esqueleto con piernas tentaculadas. Pero los cantares populares decían:

Tu carne convertida en polvo estará
Y tu alma condenada sufrirá
Tentáculos repugnantes te cubrirán
El dolor de las almas deberás soportar
Con lágrimas negras y quebrantado corazón

El mundo marino estaba regido por fuertes y duras reglas de comportamiento, y la condena de la Reina Lágrima Negra se utilizaba para ejemplificar la consecuencia de no respetar el orden dominante.

En el pasado había sido una sirena hermosa, obrando su sino con gran eficacia y talante.  Hipnotizaba a los marineros con su canto ancestral, iluminado con resplandor de esmeraldas. Con sus alas blancas satén abrazaban con una dulzura paralizante a sus víctimas y un intenso olor a jazmín se encargaba de adormecer su voluntad. 

Pero un buen día, su corazón bombeó de forma extraña e intensa al ver frente suyo al hombre más hermoso y puro que había visto jamás. Las palabras eran innecesarias, a pesar de que las sirenas conocían y hablaban el idioma de los hombres a la perfección. En aquel momento deseó con toda su lama que aquél instante fuese eterno, que su alimento fuese únicamente ese alma que asomaba a través de esa mirada penetrante y sin miedo. Y por primera vez, después de tantos siglos dedicándose al arte del hipnotismo, se convirtió en la dulce y trágica victima de su propio veneno. Era perturbadamente familiar para ella y ese esquelético segundo fue suficiente para amarlo hasta el resto de su enferma, quebrantada y tentaculada existencia.

A pesar de ello, no podría tenerlo nunca…, siendo un híbrido monstruoso con aliento a muerte y sueños rotos. Un sacrificio de amor. Decidió apresuradamente dejarlo marchar de las profundidades oscuras y frías del océano hacía la superficie oxigenada de la tierra. Y con la más dolorosa y exhaustas despedidas, la sirena expiró su última bocanada de aire en sus húmedos y fríos labios, mientras su corazón se deshacía en filamentos de oro líquido.

Aquel joven no era un marinero corriente, era un viajero que danzaba a través de los mares en busca de su verdad. Cansado de la corrupción de su especie, cansado de su época y sus malcriados vicios. 

No recordaba lo sucedido, sólo recordaba, como si de un sueño se tratara, una luz cegadora que calentaba su debilitado y magullado cuerpo y la imagen poco nítida de un ser sobrenatural que se apiadaba de su pobre alma. 

La Reina Lágrima Negra sabía a la perfección que sería castigada de nuevo por aquella traición. Recurrió a sus viejas y eternamente bellas hermanas pero éstas estaban demasiado ocupadas devorando sin compasión las almas de los marineros.  Decidió con gran heroicidad y perturbadora soledad abandonar aquel lugar y dedicarse a proteger a aquellos hombres cuyas almas eran merecedoras de salvación. El resto de hombres cuyas almas estaban corrompidas y putrefactas, serían pasto fácil para las implacables sirenas.

La historia cuenta que aquél viajero pudo visionar, después de tantos años soñando con aquel suceso, la imagen nítida de su salvadora. A continuación, tuvo la necesidad catártica de inmortalizar con su pincel a ese ser que sin darse cuenta ya formaba parte de él. El retrato de la Reina Lágrima Negra era presidido por los siguientes versos:

Y en tus ojos se reflejan vertiginosas figuras desfilando con rostros satíricamente endiablados
Dejando a su paso estelas radioactivas de un tiempo demasiado lejano y doloroso
La mirada se cubre de densa niebla y los olores vuelven a nacer y morir al mismo tiempo
La envejecida misericordia se apiada de ti
Un corazón que vuelve de mil batallas
Lágrimas negras para siempre
Mi patrona del mar
Mi paz




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